Se ha hallado en África una reserva de agua de aproximadamente medio millón de kilómetros cúbicos. Este estudio de exploración no ha tenido en cuenta la calidad del agua hallada, debido a que es muy probable que se encuentre contaminada, bien por agentes antrópicos, o bien debido a la composición del subsuelo. Si el agua está contaminada y por tanto, no potable, no podrá ser empleada en el consumo humano ni animal.
A continuación les dejamos el artículo completo publicado el día 25 de abril de 2012 en el periódico ABC:
Evitar que comience una carrera sin control por el agua hallada en el subsuelo de África debería ser la premisa de partida para la explotación de estos nuevos recursos. El hallazgo de esta gran reserva subterráneade más de medio millón de kilómetros cúbicos, o lo que es lo mismo, un volumen similar a veinte años de lluvia en ese continente, requiere todavía de más estudios a fondo para determinar la calidad de esas aguas, según advierten desde el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG).
Carlos Martínez Navarrete, vocal de Hidrogeología del ICOG, explica que «la calidad del agua es un aspecto básico que no se contempla en el estudio». De hecho, alerta de que el agua puede ser no potable por causas naturales –exceso de flúor, arsénico u otros elementos- o por causas antrópicas –bacterias fecales o nitratros-, sobre todo en zonas urbanas. Asimismo resalta que es vital una correcta gestión de los lugares de extracción para minimizar una posible contaminación.
En ese sentido, Martínez Navarrete aboga por aplicar sistemas de perforación de pozos según las características de los acuíferos y que tengan en cuenta los impactos en el medio ambiente. «Hay acuíferos de escaso potencial global, pero de gran interés local que, mediante pequeñas captaciones, podrían solucionar problemas de abastecimiento humano y para la ganadería».
En un territorio donde 300 millones de personas no disponen de agua potable, estos no son los únicos problemas que pueden derivarse de la explotación de estas enormes bolsas de agua. Según Martínez Navarrete, hay que contemplar al mismo tiempo las repercusiones internacionales de grandes explotaciones en el continente africano, que podrían desencadenar conflictos entre países por explotar los acuíferos.